La Vaquita ♥

Un maestro de la sabiduría paseaba con su fiel discípulo, cuando a lo lejos vio un sitio de apariencia pobre, decidiendo hacer una visita al lugar. Durante la caminata le comento al aprendiz sobre la importancia de las visitas, asi como de conocer a personas nuevas y diferentes , y las oportunidades de aprendizajes que nos brindan estas experiencias. Llegando al lugar, constato la pobreza del sitio; entre sus habitantes se encontraba una pareja y sus tres hijos que Vivian en una humilde casa de madera, estaban vestidos con ropas sucias y rasgadas, y no tenian calzado. Entonces el sabio se aproximó al padre de familia y pregunto: si en este lugar no existen señales de trabajo y puntos de comercio ¿Cómo hace ud y su familia para sobrevivir aquí?. El señor calmadamente le respondió: Amigo mió, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días: una parte del producto la vendemos o la cambiamos por otros géneros en el pueblo vecino, y con la otra parte producimos quesos, mantequilla, etc. Para nuestro consumo, y es así como vamos sobreviviendo, el sabio agradeció la información, contemplo el lugar por un minuto luego se despidió y se fue. En medio del camino, se dirigió hacia su aprendiz “busque la vaquita llévela al precipicio de ahí en frente, empújela al barranco”. El joven, espantado, observo al maestro, y le cuestiono sobre el hecho que la vaquita era el medio de subsistencia de la familia. Pero como percibió un absoluto silencio por parte del sabio, se fue a cumplir la orden, a si que empujo la vaquita por el presipisio y la vio morir. Aquella escena quedo grabada en la memoria del joven durante algunos años.
Un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regreso a aquel lugar, para contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos. Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al sitio comenzó a ver todo muy cambiado, bonito, con flores y árboles frutales, todo abitado, con autos en el garaje y algunos niños en el jardín.
El joven se sintió triste y desesperado al pensar al pensar que aquella humilde familia tubo que vender el terreno para sobrevivir, acelero el paso y llegando allá fue recibió por un señor muy simpático; el joven le pregunto por una familia que vivía aquí hace unos 4 años; el señor le respondió que eran ellos y que seguían viviendo allí: espantado entro corriendo a la casa y confirmo que era la misma familia que visito hace algunos años con su maestro. Elogio el lugar y leer pregunto al señor ( el dueño de la vaquita ) : ¿”como hizo para mejorar este lugar y cambiar de estilo de vida”? el señor, entusiasmado, le respondió: “ nosotros teníamos una vaquita que callo por el presipisio y murió; de ahí en adelante nos dimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos; es de esta manera como alcanzamos el éxito que sus ojos deslumbran ahora”.